Hace unos meses tuve la suerte de estar uno días en San Francisco, seguramente junto con Nueva York es una de las ciudades más increibles de EEUU.
Su icono principal es el Golden Gate Bridge, un puente enorme que sirve de entrada a la ciudad.
Desgraciadamente su altura y diseño parece que invitan a personas con problemas de toda índole a desafiar a la vida y acabar con su agonía de una forma atípica tirandose desde el puente.
Cada vez es más frecuente y las autoridades americanas están sensibilizados con la problemática, intentan atajar de raíz estos intentos suicidas acudiendo con psicólogos y trabajadores sociales para intentar converceles que no acaben con su vida.
Tiene que ser muy duro querer acabar con tu vida por voluntad propia, no somos nadie para juzgar, pero si podemos decir que siempre hay una llamada a la esperanza, siempre hay otra oportunidad para quien cree que el juego ha llegado a su fin, la vida es bonita, es dura y bonita, y hay que vivirla y quererla hasta que se pueda luchar.
Hay un documental muy interesante sobre este insólito femómeno social, se llama "The Bridge" . Testimonios de personas que lo han presenciado o lo han vivido en primera persona desgarran al escucharlos.
Siempre hay una luz a la esperanza para una llama que se apaga.
Hay Esperanza. Haga la llamada.
Las consecuencias de saltar desde este puente son fatales y trágicas
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